A través de esta nota me he propuesto dar cuenta, desde mi experiencia clínica, de qué modo manifiestan sus emociones los adolescentes cuando escriben. Dicha acción es una habilidad. Al comienzo de esta etapa en otras épocas, algunos jóvenes sentían la necesidad de volcar lo que les sucedía en un diario íntimo quepodía funcionar, al decir de Donald Winicott (pediatra, psiquiatra y psicoanalista inglés), como un "objeto" que unía al sujeto con el mundo exterior
En la actualidad muchos lo hacen por chat. Según Brenda Judith Aguirre Fuentes (maestra de Historia Secundaria CAP (Colegio Americano del Pacífico), "es beneficioso para los jóvenes, que tengan una buena comunicación escrita como forma de desarrollo en el ámbito laboral". Podemos fomentar en ellos el deseo de escribir creativamente invitándolos a talleres literarios con personas de su misma edad para que puedan ver la realidad desde otra perspectiva. Es muy importante la expresión de la palabra escrita, se va formando así el arte de narrar, describir y relatar lo que les acontece en su interior.
Una paciente de 13 años de edad a quien atiendo bajo modalidad presencial, llegó a consulta angustiada, relatando que se siente mal porque su compañero de colegio, que a ella le agrada, está de novio con otra compañera. A lo largo de su tratamiento pudimos ir conversando la posibilidad que fuera paso a paso redactando y volcando en una hoja de papel los sentimientos que le producían esa situación. El poder poner en palabras dichas o escritas producen una descarga.
Otro paciente de 15 años de edad a quien atiendo bajo modalidad virtual, comenzó su tratamiento relatando que se sentía muy angustiado debido al fallecimiento de su mascota. Se trata de un perro labrador que lo acompañó desde que tenía 7 años. No podía tramitar este dolor debido a la forma en que sucedió este hecho. A lo largo de las sesiones le fuI proponiendo que anotara en forma de anécdotas sus vivencias con él; sus momentos felices en forma de chistes, a la manera de una historieta o diálogo. Al joven al principio le costó poder hacerlo por la tristeza pero poco a poco llegó la aceptación y pudo disfrutar de lo que escribía.
¿Cómo intervenimos en estos casos como terapeutas? Abriendo un espacio de reflexión y contención emocional para encauzar afectos como: ira, enojo, tristeza e impotencia.
El tratamiento psicológico ayuda a mejorar la convivencia dentro del grupo familiar cuando la consulta se realiza a tiempo y prepara para una adultez más sana.
