Un film monocromático, carente de banda sonora, casi artesanal en tiempos 2.0, momentos en los cuales se realza lo tecnológico sobre lo emotivo o reflexivo.
El mismo desarrolla una clase de amor diferente que retrata, indaga, y genera Alfonso Cuarón, su director, a través de contornear esa fuerza poderosa tan maleable, cuando la cámara busca sobriamente en cada fotograma generar casi un manifiesto del mismo
Lo controversial muchas veces genera las reacciones mas básicas como también los análisis más profundos. Anacrónicas posiciones desde aquello tan sano como lo es la diversidad de visiones.
Roma no es un film fácil. Posee esa veta subyacente de generar la controversia citada con líneas transversales que de uno u otro modo tocan a cada uno de nosotros, rasgos de reflexión desde sus imágenes altamente logradas.
Es una obra maestra de la cinematografía, y como todo obra maestra, sus ribetes no corren por los caminos del facilismo.
Este drama social se constituye en un México consternado de la década de los 70, y la historia de una familia de clase media constituida en Roma, un barrio del país hermano, confluyen arteramente en generar un espectáculo no livianamente digerible, pero que sacudirá el alma en determinadas escenas que quedarán en el decálogo de cómo constituir verdadero cine.
Cinco escenas únicas: El incendio del bosque, la práctica de artes marciales dirigida por un extraño personaje, el desmadre y la represión a la manifestación estudiantil vista desde la casa de muebles y electrodomésticos, el parto de Cleo, su magnífica protagonista, y la escena de la playa, la cual contiene una tensión única, pocas veces lograda, aquellos momentos de tensión que todo director pretende generar.
Un film monocromático, carente de banda sonora, casi artesanal en tiempos 2.0, momentos en los cuales se realza lo tecnológico sobre lo emotivo o reflexivo.
El mismo desarrolla una clase de amor diferente que retrata, indaga, y genera Alfonso Cuarón, su director, a través de contornear esa fuerza poderosa tan maleable, cuando la cámara busca sobriamente en cada fotograma generar casi un manifiesto del mismo.
Su personaje principal, la empleada de servicio Cleo, logra resumir aquella incondicionalidad humana, mas allá de la labor a ejercer. Sus tintes austeros y carentes de expresividad contienen un cariño singular y justo ante su rol.
Ella complementa en un universo personal y profundo la carencia afectiva que produce en miles de familias, conceptualmente en el camino de la atención y educación de niños.
En esta obra, como épica silenciosa, existe un espacio inexplorado que se descubre en el criterio que siempre ha sido y constituido (y gracias que así se ha realizado, pese a su antagonismo), el eterno matriarcado que generan las bases de construcción y formación de un ser humano.
El ejemplo mejor y más ponderado de este pensamiento lo relata Cuarón, desarrollando cinematográficamente un segmento de su vida. Las imágenes muestran la representatividad de la ambigüedad humana, las carencias, las ambiciones, la violencia explícita e implícita, una suma de madurez de su autor.
Uno de los temas más comentados en torno a Roma es el enorme revuelo que causó Yalitza Aparicio, la mujer proveniente de la etnia indígena mixteca que protagonizó la película sin haber estudiado actuación, con una soltura, compromiso y naturalidad absoluta, recreando una criada humilde, fuerte e irreemplazable.
Existen elementos en esta realización que recuerdan al neorrealismo italiano; Cuarón ha llevado a cabo un colosal trabajo de ambientación y tanto la inocente Cleo como su ama, aún en distintos planos sociales, representan la parte más humana y tierna, lo mejor de una cultura dura y esquematizada en roles patriarcales, como la del país hermano México.
¿Sobrevalorada? ¿Merecedora de tantos galardones? Tan solo lo que genera de modo interior una realización, posee el modo exacto de generar gusto o disgusto.
La subjetividad vive en el arte. Como así los sentimientos de demarcar a cualquier historia minimalista, como catalizadora de sentimientos y análisis.
Roma es ese cielo de su comienzo y su final. Virtud de expresiones.
(Disponible en Netflix)
