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En la vida se presentan ocasiones en que se siente la necesidad de un cambio, pero no de un cambio superficial o de algo sencillo, sino un cambio importante que moviliza profundamente. Puede ser encarar otra carrera universitaria o incursionar por disciplinas muy diferentes a la profesión u oficio que se tiene, cambiar de lugar de residencia, modificar el estilo de vida; en fin, un viraje, a veces, de 180° en el transcurso del cotidiano vivir. Por supuesto que esto es algo que lleva su tiempo y se va pergeñando y realizando en el día a día. Frente a esto la interioridad se conmueve y puede presentar dudas y angustias al mismo tiempo que optimismo y entusiasmo

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El alma clama y empuja a contactarse con los aspectos de esos cambios, pero éstos, aunque son deseados, producen temores e inseguridad. También, las características de personalidad, la historia y creencias familiares pueden obstaculizar, demorar, paralizar o alentar esos movimientos hacia.

 

Les muestro una constelación que refleja estos comentarios. María tiene 45 años y desde joven vivió, estudió y trabajó en Bs. As. desarrollando una actividad artística (docencia y producción). En general le fue bien con esfuerzo y dedicación. Hace un año se fue de vacaciones a una provincia "X" y sintió que ese era su lugar. Así le surge la idea de irse de Bs. As. y comenzar una vida diferente en esa provincia. Y digo comenzar, porque puso en juego la residencia y también lo laboral, ya que está haciendo nuevos aprendizajes para, de a poco, ir cambiando su actividad y quizás ver cómo integrar lo viejo con lo nuevo.

 

Plantea en el Taller de Constelaciones que se siente confundida y asustada frente a tanto nuevo si bien siente profundamente que esto es lo que tiene que hacer. Ya dio algunos pasos, pero esta ambivalencia la angustia y desvitaliza impidiéndole dedicarse de lleno al proyecto. Le pregunto de dónde vino a Bs. As. y me dice que nació en la provincia "A" y que a los 20 años se vino a Bs. As. Le pregunto cómo se fue de su ciudad natal y me comenta que mal, que sus padres no aprobaban que se fuera y prácticamente huyó de su ciudad.

Esto de irse de mala forma de un lugar de residencia, sea natal o no, deja sus secuelas. Comienzo la constelación poniendo representantes para los tres lugares: su ciudad natal, Bs. As. y la provincia "X" (que es en la que desea fijar su nueva residencia). Se trabaja su estar y despedirse bien de su ciudad natal. Luego su estar y dejar Bs. As. y a continuación se ve qué pasa con el nuevo lugar. Éste la recibe de buen modo y su ciudad natal y Bs. As. están en paz con María y adentro de ella.

De este modo, sus dudas y angustia se disipan y toda la energía gastada en esas emociones perturbadoras está libre ahora para ser utilizada en los esfuerzos y trabajos que tiene que realizar para llevar adelante el proyecto de cambio.

La Constelación pone orden en la persona, sus avatares en la vida y en su sistema familiar. Este ordenamiento promueve que lo amoroso, lo que aúna, lo que trae alivio y paz interior recomience a circular en todos los órdenes de la vida. Primero es el orden y después el amor, cuando el orden se altera, el amor se bloquea. Cuando el orden se restablece, el amor vuelve a fluir. Si bien una constelación, como cualquier otra forma terapéutica, no es una panacea universal; es una modalidad muy profundamente sanadora que nos muestra cómo aprehender todo lo bueno que tenemos en la vida y aceptar con amor todo aquello que nos duele y perturba. Nos lleva a un importante cambio de visión y esto es fundamental para transitar más libres la vida en este tempestuoso mundo.

Si sos parte de un vínculo enfermo, si sentís culpas, si llevás a cuestas un duelo sin resolver y mucho más cargas en tu alma. Constelaciones Familiares te ayuda.

Lic. Leticia Cohen

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