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Elecciones...

CONSTELACIONES FAMILIARES

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Por Leticia Cohen

Elegir ¡qué dilema! Pero siempre estamos eligiendo, aunque no tengamos consciencia de ello. Desde que nos levantamos elegimos: qué ropa ponernos, qué actividad realizar primero y después, de qué modo para qué y por qué decimos o hacemos o no algo. Toda nuestra vida es una permanente elección, pero no nos damos cuenta de ello. En este no darse cuenta implicamos a nuestro entorno y en muchas ocasiones los hacemos responsables de nuestras indecisiones o decisiones. Sin embargo, cada uno de nosotros somos los únicos responsables de lo que nos pasa. Elegimos, sí, elegimos y decidimos todo el tiempo y si nos sale bien nos alegramos y si nos sale de otro modo, lo más común es que un otro tenga la culpa

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Frases como: "Si me hubieras dicho…"; "Lo que pasa es que vos no resolvés…"; "Si lo hubieras hecho…"; "Como a vos no te gusta…"; "Me tirás las cosas abajo…"; "Antes era distinto…"; "Creí que era lo mejor, pero me decepcionó…" y otras más, hacen cargo al otro de lo que elegimos cuando no nos gustó como resultó.

Elegimos irnos o quedarnos, hacer o no hacer, dejar o llevar, un lugar u otro y cada cosa que hacemos en la vida. Muchas veces elegimos desde un lugar consciente y las más desde un lugar inconsciente, pero elegimos. Por eso es tan importante concientizarnos, estar atentos y buscar dentro de nosotros las razones más profundas que nos llevan a nuestras elecciones o indecisiones que muchas veces justificamos con fundamentos inconsistentes.

 

En los talleres de Constelaciones, se presentan muchas veces estas temáticas: qué elegir, qué hacer, en situaciones de estudios, viajar, emigrar, pareja, etcétera.

 

Les comentaré un caso que trajo un hombre joven cuyo tema de elección era si volver a Francia en donde dejó su pareja o quedarse en Argentina en donde tiene familia, sus hábitos y profesión realizada.

Para los que aún no saben sobre Constelaciones  les informo brevemente de qué se trata. Las Constelaciones Familiares nos ayudan a entrar en nuestra interioridad y descubrirnos, y también a revelar lo que subyace en los conflictos que tenemos. De este modo, tenemos la oportunidad de hacer algo diferente.

 

Los Órdenes del Amor (B. Hellinger) dicen que en todo sistema de vínculos, primero es el orden y después el amor. Existe un alma familiar que insiste en restablecer el orden perdido para sanar los vínculos. Estos Órdenes se muestran tanto en su alteración como en su resolución a través de las Constelaciones Familiares. En las Constelaciones se trabaja con representantes, por eso no hace falta que venga al taller toda la familia. Los representantes son personas del  grupo presente que son elegidos por el consultante para que representen a los miembros de su familia (su padre, madre, a sí mismo, sus hermanos, etc.) tanto vivos como fallecidos, tanto presentes como ausentes. Se da un fenómeno en los representantes: una vez ubicados en el espacio de trabajo, perciben en sí mismos características diversas de las personas a las cuales representan. A partir de la primera imagen formada que representa el conflicto,  se van dando los movimientos en el espacio, las frases sanadoras o los gestos de honra que llevan a la imagen final que muestra la sanación del sistema familiar o del vínculo del que se trate y en consecuencia de los miembros que lo  forman. Tanto los representantes como los espectadores sienten profundamente un movimiento interior que los lleva, a  algunos, a aclarar sus confusiones; a otros, a encontrar la clave para resolver su problema; a otros les trae un alivio a través de la identificación que tienen con lo visto, etcétera;  cada uno/a se conmueve significativamente para sí mismo/a.

 

Continuando con el caso del joven les muestro cómo se llegó a una solución: Coloco un representante para la pareja que está en Francia, que expresa su disposición a recibirlo y pongo al joven enfrente de la pareja. El joven se siente como tironeado de un lado y del otro, quiere irse y también quiere quedarse. Es muy difícil vivir en esta situación que paraliza y demanda mucha energía para la persona, porque ni acá ni allá es estar en ningún lugar. A continuación pongo representantes para Francia, detrás de la pareja y para Argentina detrás del joven a quien hago que gire y mire a Argentina;  ahí se da cuenta lo arraigado que está a su país y lo que le significa. Le hago decir las frases adecuadas y de agradecimiento a su país y recién ahí comprende qué le estaba pasando. Lo vuelvo a girar hacia su pareja y Francia y su elección se reafirma. Dejo ahí el trabajo que muy evidentemente llevó al joven a una decisión consciente y con buen fundamento.

 

 

Como se puede observar en este caso el amor de esta pareja no alcanzaba para tomar la decisión, al poner orden (reconocer y agradecer al país de origen) se abre el corazón y la mente, el amor fluye y la elección es posible con buen tino.

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