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Documental (2012)

De Maximiliano González

Por Pablo Medina / DMX

Las urbes concentran y acaparan todo excepto necesidades, estas pertenecen a cualquier paisaje, y quien se desprende de la comodidad urbana para cruzar fronteras hacia la intemperie posee una historia fuerte que contar, tal como la de Marta Teodora Schwart, quien nacida en un barrio de la Ciudad de Buenos Aires y luego estudiante de medicina en la Ciudad de Córdoba, decide ya como médica atravesar esos límites instalándose en Puerto Iguazú, provincia de Misiones, a mediados del siglo XX.

Teodora desembarcó en su lugar de destino en 1948 y vivió allí hasta el 2005, año en que fallece. Los lugareños la llamaron “El ángel de la selva”, porque supo integrarse al paisaje humano comprometiéndose no solo con las enfermedades sino también con el enfermo.   

Fue médica a caballo, motocicleta, canoa, para llegar a quienes la necesitaran sin mayor interés que el de brindarse sin cobrar a sus pacientes un solo peso, entre ellos brasileños, guaraníes y paraguayos. En su diario de aquel tiempo escribía: “Este lugar está lleno de privaciones, debo atender aquí y también cruzar en bote, para ayudar en Brasil y Paraguay. Lo que más me asusta es el paludismo, que acá le dicen “chucho”, y las mordeduras de víboras.”

El corto-documental de Maximiliano González “El ángel de la selva” (2012), muestra testimonios de quienes la conocieron. Allí un hombre mayor cuenta a quien lo entrevista: “Todo lo que usted se pueda imaginar ella hizo desinteresadamente”, para luego agregar “…más que una doctora era una mujer de bien, hacía bien al pueblo.”

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Frente a la cámara hay ancianos de miradas claras, enteras, curtidas por el esfuerzo a contra viento. Ellos junto a sus padres, abuelos, esposos, hermanos, fueron beneficiados por la altura humana y profesional de la Dra. Schwart, quien siempre solía decir una frase de San Vicente Ferrer: "El bien no hace ruido, el ruido no hace bien”, referida a realizar en silencio, sin alardes. Tal como aquella otra expresión “Que no sepa nuestra mano derech

En otro tramo del corto una enfermera que se desempeñó a su lado cuenta la advertencia que de la médica recibía: “Que nunca se te enfríe el corazón, me decía. Porque si no, vería a los enfermos como enfermos, y yo tenía que ver al ser humano en ese momento enfermo como ser humano, tratarlo con amor y cariño.”

Es que Teodora además de haber sido una impecable profesional, Directora del Hospital de Puerto Iguazú y hasta Ministra de Acción Social, Salud y Educación de la provincia de Misiones, era también una mujer de fe y el documental nos la muestra muy cercana a través de aquellos rostros que la necesitaron.   
 


Hay suficientes razones para invertir los 25 minutos de duración en ver "El ángel de la selva", enriqueciéndonos en aquellos reflejos que puedieran motivar lo mejor de nosotros mismos.

BREVE CONVERSACIÓN CON MAXIMILIANO GONZÁLEZ,

ACERCA DE SUS MOTIVACIONES PARA REALIZAR EL FILM

Y SU PROPIO CONOCIMIENTO SOBRE LA PROTAGONISTA:

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“Conocí a la doctora en mi infancia en Puerto Iguazú, quería visualizar este trabajo para que se conociera en todo el país. Frecuentaba su casa, era una persona adorable, y lo que cuentan allí es absolutamente real, siguió haciéndolo hasta su último día. 

En mi niñez la ciudad ya era más grande y había muchos médicos, instituciones, etc. Pero lo de ella fue heroico principalmente al comienzo, cuando no había nadie. Aunque repito, hasta su último día no cambió su actitud. Su rasgo sobresaliente era la humildad y la solidaridad.

Pude realizar el documental gracias a un concurso del INCAA que gané cuando apareció la TDA. Para ello investigué a las personas más cercanas a la doctora. El corto fue muy visto en todas partes, a través de Televisión Pública inclusive, siempre se recicla en nuevos espectadores.”

Ver documental
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