top of page
901.jpg

“La mente intuitiva es un sagrado regalo y la mente racional es un fiel sirviente. Nosotros hemos creado una sociedad que honra al sirviente y se ha olvidado del regalo.” (Albert Einstein)

¿Cómo nos enfermamos y cómo nos sanamos?

Somos seres regidos por las emociones; el intelecto piensa, razona, cree, pero no resuelve lo emocional. Si el mundo se moviera por los buenos razonamientos y deseos y explicaciones tan correctas que se expresan a diario en los múltiples ámbitos y áreas en las que nos desenvolvemos, de otra manera viviríamos. Es común escuchar a muchas personas que dicen que entienden muy bien lo que deben hacer, sin embargo su mundo emocional los traiciona y no llegan a ninguna salida. He escuchado muchísimas veces decir: “Yo sé que mi mamá hizo de todo para que yo estuviera bien y que puso su mejor voluntad, pero el enojo que tengo con ella me impide tratarla bien”; “Yo sé que mi hermano o mi ex marido o cualquier vínculo cercano, está enfermo emocionalmente y hace lo que hace porque su cabeza no le da, sin embargo no lo tolero y a veces deseo que desaparezca.”; “Yo sé que hay cosas que me hacen mal, pero igualmente me acerco a ellas.”; “Lo entiendo, pero ¿cómo hago para llevarlo a cabo?, no puedo con el sentimiento que me embarga aunque me esfuerce.”

IMG-20240211-WA0030.jpg
constelaciones.jpg

Estos ejemplos y seguramente ustedes conocen más, nos hablan de que las emociones nos gobiernan; es por ello que es importante conocernos, registrar lo que sentimos en cada instante, en cada circunstancia, cuando estamos solos y cuando estamos vinculándonos, reconocer qué estamos sintiendo y separar de lo que estamos pensando.

Y aquí viene el tema de cómo nos enfermamos, las emociones que no registramos y no procesamos o que sobrepasan nuestra capacidad de procesamiento, pasan al cuerpo; un ejemplo claro y que vemos a menudo es cuando estamos frente a una situación que nos estresa, como ser dar un examen o tener una entrevista importante, es bastante común, que a muchas personas les da dolor de estómago o descompostura de vientre o van a orinar muchas veces. También lo vemos en niños o no tan niños que frente a una circunstancia escolar que no pueden abordar, por los motivos que fueren, ese día amanecen con vómitos o fiebre y cuando la mamá les dice que no van a la escuela, en pocos momentos se mejoran y se les van todas las ñañas. El miedo, la inseguridad, la ansiedad, que no se registran como tales, que no se hablan y expresan adecuadamente, el cuerpo se hace cargo de manifestarlas con dolor y síntomas diversos. Es común escuchar que un problema es “un dolor de cabeza” o que un enojo produce “una pataleta al hígado”. Cada órgano se especializa en manifestar emociones no resueltas y así enfermamos de forma más leve o más grave, según la emoción reprimida y las circunstancias que la provocan.

Y así como nos enfermamos, se enferman también los vínculos. Los vínculos no resueltos se enferman y nos enfermamos en ese conflicto. Un duelo no resuelto produce enfermedad y muchas veces de las graves como cáncer.

25_edited.jpg

¿Qué hacemos en las Constelaciones? Se busca el camino que llevó al conflicto y que también lleva a la sanación. Si sanamos el vínculo, hallaremos la sanación de nuestras emociones y de nuestro cuerpo (cuando la enfermedad no ha avanzado mucho). Cuando la enfermedad ya minó el cuerpo, también es importante sanar las emociones para que el alma se vaya más liviana, y cuando tome otro cuerpo sea con cuestiones resueltas, por lo menos las que llevaron a la enfermedad.

La constelación no pasa por lo cognitivo, en todo caso se desliza por un conocimiento que no se aprende, sino que se aprehende, que no sabe por lo racional sino por la intuición.

 

“La mente intuitiva es un sagrado regalo y la mente racional es un fiel sirviente. Nosotros hemos creado una sociedad que honra al sirviente y se ha olvidado del regalo.” (Albert Einstein)

26.jpg
503.jpg
IMG-20231122-WA0039.jpg
2.jpg
Z7.jpg
bottom of page